Estoy vistiéndome de tristeza...no es un color definido el
de mi traje, no…y tampoco sé muy bien como es la textura. Sé que se funde en la piel componiendo este tejido de vaho somnoliento.
Como una gasa funeraria, como un complejo tejido de araña pegajoso y continuo. Quizá
sea gris o amarillo pálido...un color pajizo de labio apretado y fino. No se…
Me estoy vistiendo de tristeza para acudir al evento diario
del tiempo perdido. Me invitaron sin derecho a rechazar la invitación…y aquí estoy
a regañadientes. Vestida de tristeza y con el corazón en una jaulita pequeña
que llevo como si fuese mi bolso a todas
partes.
Los jirones de aire limpio que cruzan el cielo plagado de duda-insecto,
hacen que pueda respirar un poco. El resto del tiempo tengo puesto un
respirador automático prestado por la Seguridad Social para desahuciados del
Amor.
Que duro es no querer y poder…porque a pesar de todo PUEDO seguir esta
senda de angustia sin caer traspasada por un rayo. Se conoce que Cupido solo
lanza flechas con veneno que no mata…La primavera explota en los caminos y yo
me visto de invierno todos los días. ¡! Que torpe aquel que como yo no
aprovecha la migración de las aves para huir!! Algún día el deshielo general de
los glaciares me arrastrara hasta el mar para vestirme de espuma…me han dicho las
sirenas que es el color de la felicidad y de donde procede todo lo que empieza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario