Los días pasaban vertiginosamente, aún no tenía conciencia
de haber despertado cuando (y para mí de una forma absolutamente mágica) la
noche se cernía sobre mí como un pesado manto…yo intentaba desesperadamente
alejarme de aquella cadena de hechos invisibles para mí ,de esos hechos que me
ataban a una mediocre existencia...pero cuanto más intentaba luchar contra la
modorra de los días mas y mas hundía en la desesperanzada certeza de que aquello
era inevitable y que debía cumplirlo como cualquier preso juzgado y condenado por
un tribunal superior .Sin fuerzas apenas para rebelarme contra mi destino
,intentaba no dejar de soñar constantemente y en esa niebla del sueño jamás era
consciente del lugar en el que me encontraba y todos los que me veían pasar
ajena al devenir de las horas me consideraban alguien frio y duro como un
pedernal porque no dejaba ni una sola mueca al descubierto.
Solo lo hacía por miedo a que descubriesen lo aterida que
estaba, me horrorizaba tener la debilidad de caer en los brazos de quien al
descubrirme así viniese con sus buenas intenciones a paliar mi frio y yo
vencida ya por el paso del tiempo en ese desierto de hielo en el que me hallaba,
dejase que sus brazos rodearan la soledad de mi cintura…me aterraba la debilidad
en la que caería y tenía la certeza que al sentir ese calor quedaría quemada ya
totalmente en la compasión de los que solo sienten esa virtud, pero no saben
amar…y yo quería quemarme hasta las cenizas en el amor supremo del que lo
entrega para inmolarse también en ese fuego…
¿Me salvare?...
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